"Petiso, fuerte, guapo, entrador. Parece que no estuviera en la cancha, pero de repente, embala, inicia un ataque con la furia de un alud y ya está en el área chica, luchando contra una maraña de recias piernas, para colocar fielmente como una bandeja, la pelota fuera del alcance del guardavalla enemigo. Tiene un raro sentido del gol y una sangre de verdadero gladiador". Palabras conservadas en los amarillentos papeles del tiempo, que definen a Raúl Pedro Barrionuevo, "Bebé", un centrodelantero que hace 53 años hizo historia.
Precisamente un domingo 24 de abril de 1949 debutaba en Ferro Carril Oeste del fútbol profesional, trazando las primeras líneas de Catamarca con AFA.
Había llegado' precedido con rótulo de goleador, que forjó en el Vélez local y en San Martín de Tucumán, en donde fue ídolo absoluto.
Sus características: oportunista y eficaz en el área, facilidad y potencia para patear con las dos piernas, capacidad para desmarcarse y un salto espectacular. A esto adosó disciplina, corrección y caballerosidad.
Más tarde descollaría en Atlanta, llegando a ser cuarto máximo anotador afista. Y su incursión en AFA dejó un registro de 44 goles, el más alto para un futbolista de esta provincia, en 120 partidos, cerrando su carrera en Chile.
Su paso no fue en vano. Se transformó en un ejemplo que tuvo continuidad en Francisco "Chicho" Gerónimo, Guillermo "Pucho" Reynoso, Carlos "Palito" Mameli, Orlando Carrazana y Daniel Díaz actualmente, entre otros.
Vélez y la selección de Catamarca
Nació el 27 de noviembre de 1924, en La Rioja, y a días de ver la luz lo trajeron a Catamarca. Sus padres fueron Pedro Antonio Barrionuevo y María Luisa Grimas, y "Bebé" ("era muy bonito de niño y conservaba la belleza de un bebé", de allí su apodo según familiares) fue el 3ro. de 8 hermanos: Lilia Dina, Luis Atilio "Tanque", Reina del Valle, Amira Perpetua, Miguel Ángel "Pelado", Ernesto Marino "Nino" y Natalio Augusto "Minuta".
"Cuando tenía doce años empezó a gustarme el fútbol y armamos un cuadrito en el barrio en donde vivía, para jugarle a los changos de las otras barriadas en el primer potrero que encontrábamos" dijo alguna vez. El equipo se llamaba Urquiza.
Cursó la primaria en la escuela 243 "Javier Castro", cuando ésta funcionaba sobre Avda. Güemes entre Maipú y Junín; y la secundaria en la Industrial, y trabajó en una carpintería.
"A los 16 años me enrolo en Vélez y me hicieron debutar en 2da. Yo francamente no quería practicar fútbol oficial, pero como me gustaba hacer goles, seguí jugando y en .la 2da. rueda me pusieron en 1ra.". Corría el año 1941. Y su debut oficial en primera se produjo e19 de noviembre, ante el equipo Fray Mamerto Esquiú. Esa tarde los "funebreros" golearon 7 a 0 y el se despachó con 2 conquistas, a los 65' y 76'. Pese a su juventud, empezó a demostrar inestimables condiciones desde su puesto de entre ala derecho (número 8).
Su ascendente carrera no se detuvo en el 42 y por lógica concitó elogios, que las crónicas ratificaban: "El diestro entreala de Vélez ha llegado a constituirse en el delantero más completo, por su juego técnico y su visión de la oportunidad, y las cortadas para Agustín Carrizo". No sorprendió entonces su inclusión en el seleccionado de la Liga, debutando el 8 de julio ante Argentino del Norte de Tucumán. El match finalizó 2 a 2 y como era de esperar, se destacó e hizo un gol.
Campeón en… basquet
En 1944 logró su primer título oficial, pero no en fútbol sino en basquet. El 27 de abril y con la camiseta de Obras Sanitarias se consagró campeón del Preparación que organizó la Federación. En la finalísima, los "sanitarios" derrotaron a Hindú 28 a 16, y
"Bebé" festejó junto a Raúl Santillán, Oscar Gaitán, José Villafañe, Arturo Guillamondegui, Arturo Lencinas, Ricardo Mandatori y Felipe Rivero, sus compañeros.
Silverio Noriega, amigo de la infancia y el basquet, contó: "Jugamos en los cadetes de Montmartre, allá por el año 38 ó 39. Empezamos en 3ra. división, creo que hicimos 2 ó 3 partidos, y de allí fuimos directo a la 1ra., pero él se retiró y dedicó más al fútbol. Jugaba de alero, era disciplinado y callado, pero tenía su chispa para bromear. 'También le gustaban las bochas".
El año tenía otro motivo de alegría. El Consejo Federal de AFA dejó si efecto una cuestión reglamentaria –haber nacido en La Rioja- que le impedía jugar por Catamarca en los Campeonatos Argentinos. Se sacó el gusto el 3 de septiembre ante Chilecito (3-1), convirtiendo una vez.
La temporada siguiente, 1945, fue su año. Nació La Máquina de Vélez, cuya delantera lujosa integró junto a Oscar "Tucumano" Gaitán, Agustín "Jopito" Carrizo, Agustín. "Tigre" Díaz y el debutante Luis "Nato" Scaltritti. Dentro de un fútbol de alto vuelo, emergió su capacidad goleadora y sus marcas hablan solas: 3 goles a Independiente el 29 de julio (4-0) y 5 a Villa Cubas el 19 de agosto (8-2). Y Vélez, por diferencia de goles (lideraba el Oficial junto a Unión y Tesorieri) ganó el derecho a representar a la Liga en el Campeonato de la República. En dicho torneo debutó el 28 de octubre con dos goles ante Rioja Juniors (3 a 1) y el 4 de Noviembre, frente a Nuñorco de Tucumán (4 a 2), repitió otras 2 veces en la red.
A fin de año, la Liga suspendió el torneo por los fuertes calores y lo declaró desierto, privando a V élez y a "Bebé" de su primer título Oficial en fútbol. A esa altura, los elogios no cesaban: "Es uno de los mejores delanteros de Catamarca. Tiene cualidades de gran jugador, diestro en el manejo, hábil en dribbling y múltiple en el ataque".
A la ciudadela tucumana
Su estupendo 45 atrajo las miradas de Tucumán y en especial del poderoso San Martín, recomendado por el dirigente Pastoriza. El pase se concretó el 3 de abril del 46 en $700 y dos amistosos. Entre las cláusulas se estipulaba que en caso de una transferencia –hasta el 1ro. de abril de 1949- el "santo" debía abonar el 40 % a Vélez. En su debut no defraudó. El 14 de abril hizo 2 goles en la victoria ante Central Córdoba (5-2). y los diarios indicaban: "Brillante actuación ha tenido el insider Barrionuevo de San Martín que fue el mejor hombre de la cancha e indiscutiblemente el animador del ataque, mostrándose sumamente peligroso por su decisión y el pase".
Dejó de ser insider, se convirtió en centroforward y desde allí en un temible romperredes. Mucho tuvo que ver Roberto Santillán. "Ni en Buenos Aires tuvo un técnico como él, le enseñó a cabecear mejor y le señalaba cómo moverse en ataque", recordó Enrique "Garza" Ponce, amigo de "Bebé".
También llegó la cosecha de títulos, 5 en total: Campeonato de Honor del 46, Anual, Competencia y Honor del 47, y Competencia del 48. "1947 fue el mejor año de mi carrera. Imagínese, triple campeón de la Federación Tucumana y goleador con 23 conversiones. En el último partido de ese año le marqué cinco goles al buen arquero Bemat, de Obras Sanitarias".
Desde 1948 se consolidó en la selección de la Federación Tucumana de fútbol, transformándose en una estrella descollante.
Campeón con Tucumán y salto a Ferro
Pero 1949 le tenía reservado un momento de esplendor. En febrero integró el combinado de la Federación Tucumana en el XX Campeonato Argentino, que se hizo en Capital Federal. El 13, mientras Catamarca caía con Mendoza 10 a 2, el equipo tucumano debutó goleando a Gral. Pico (La Pampa) por 7 a 0, con 3 tantos de "Bebé".
Tucumán cumplió una brillante performance y se quedó con el título al batir a Mendoza (2-1) y Barrionuevo, que convirtió en la final, resultó pieza clave. "Una de las mayores satisfacciones que me dio el fútbol", supo decir alguna vez.
San Martín recibió una catarata de ofertas. Lo querían Lanús, River, Boca, pero Ferro Carril Oeste ganó la pulseada y el 11 de abril concretó su incorporación en $80.000. Debutó el 24 de abril, en Caballito y ante Chacarita (ganó Ferro 2-1), y su 1ra. conquista en el fútbol profesional llegó recién en la 3ra. fecha, el 15 de mayo y ante Independiente, en Avellaneda. Fue a los 71', pero no impidió un 3 a 2 adverso.
"Con el primer contrato que firmó le compró la casa a la madre", destacó Enrique Ponce, quien agregó: "En Buenos Aires vivía en un albergue que tenía Ferro en Primera Junta, junto con Marrapodi y Gauna". A su vez, Aníbal "Gata" Martínez, también amigo de "Bebé", recordó que "en un Boca-Ferro, tuvo un partido durísimo con Colman y terminaron los dos ensangrentados".
Ferro no cumplió grandes campañas en los años 49' y 50'. Finalizó 13ro. y evitó el descenso, pero quedó muy lejos del bicampeón Racing. Los números finales en Caballito: jugó 62 partidos y totalizó 16 go1es.
En Atlanta, de frente al arco
A la temporada siguiente, 1951, pasó a Atlanta junto a Filippo y Gauna, y a Ferro llegó el delantero Runzer. Su debut en el ''bohemio'' se produjo el 15 de abril, en La Plata y ante el Estudiantes de Manuel Pelegrina, con un 3 a 0 en contra.
Debió esperar hasta la 2da. fecha para hacer su primer gol. Fue el 22 de abril y lo sufrió Quilmes a los 44' de la segunda etapa. A partir de esta anotación, el ex-jugador de Vélez enhebró una cadena que terminó con 18 goles y un 4to. puesto entre los scorer de la temporada en AFA, que encabezó Breñaza de River, con 22.
La excepcional labor de "Bebé" contrastó con Atlanta que no tuvo un buen torneo y al final zafó del descenso, al vencer a Boca en la Bombonera y empatando con el otra vez campeón Racing.
A pesar de estar en el apogeo de su carrera, no olvidó jamás su terruño. Prefirió visitar Catamarca, por ejemplo, antes que ir de gira por Brasil, y Atlanta lo suspendió por 3 meses.
Para el 52 continúo en lo suyo ... haciendo goles, totalizó 10, y quedó a 4 de su compañero Dupuy. A pesar de esto, el "bohemio" cumplió la peor campaña de su historia y descendió. En el 53 disputó el torneo de Primera B. El equipo se hizo protagonista y rubricó una excelente campaña con varias goleadas y el subcampeonato detrás de Tigre. "Bebé" fue goleador junto a Bravo, Dezorzi y Pozas con 11 tantos.
Sus números en Atlanta son realmente espectaculares. Jugó 80 partidos (58 en la A y 22 en la B), con 40 goles (29 y 11 respectivamente). Un 50 % de efectividad ¡Admirable!.
A Chile, la última escala
Una año después, en el 54, dejó Atlanta y emigró a Chile tentado por el Deportivo Magallanes. "Me había hecho andariego", explicó sobre su decisión de cruzar la cordillera. Jugó tres temporadas sin bajar su cuota goleadora, hizo 29 goles en los dos primeros años, y los medios trasandinos lo elogiaban: "Impresiona el notable desempeño del centrodelantero Barrionuevo, hábil en la dirección de su ofensiva, dominador de pelota y formidable rematador".
Luego pasó a Ferrobamington. "En el país hermano concluyó mi carrera de jugador, cuando jugando por Ferro me fracturé tibia y peroné en un choque con el arquero de Palestino".
Volvió a Tucumán. Jugó en los veteranos de San Martín y fue técnico de Central Córdoba en un corto período. "Por razones de trabajo no pude dedicarme", explicó al respecto.
También vistió nuevamente la casaca de Vélez, a 14 años de su partida, un 24 de mayo del 59. "El 'maestro' Díaz - que era técnico- le pidió que viniera a jugar contra Talleres de Córdoba (1-2), que tenía a ''Wanora'' Romero" memorizó Aníbal "Gata" Martínez, que ese día atajó. Pero la mayor satisfacción fue actuar junto a sus hermanos "Nino" y "Minuta".
Su historia post-fútbol giró alrededor de la familia, su esposa Nelly Olga de Sasso y sus hijos, Raúl y Nelly del Valle. Puso una gomería en la ciudad de Tucumán, pero jamás se alejo del fútbol.
Era "fana” de San Martín y a nivel nacional un "enamorado" de Batistuta. Se enfermó del corazón, dejó de ir a la cancha, cerró el negocio, pero siguió apegado a los amigos. Charlas en el café, algo de billar y el asado de todos los sábados eran la excusa para reunirse; yen Catamarca la cita era en el 'bulín' de 'Garza' Ponce.
Cultor del perfil bajo, era querido y respetado. Con la llegada de su nieto Federico se sintió renacer y las travesuras de éste alimentaron los últimos años de su vida. Se despidió un 10 de junio de 1996, cuando su enorme corazón dijo basta: A modo de epitafio, su compadre y amigo, Agustín "Tigre" Díaz, todo un símbolo de Vélez, dijo: "Era un gran tipo, sin vicios, gran amigo, tenía especiales condiciones, por eso fue un triunfador en la vida y su campaña en el fútbol profesional lo dice todo".
La huella que dejó Raúl Barrionuevo para el balompié catamarqueño sigue fresca. Fue el primero y quedó en la historia. Un crack que le ganó al tiempo.
Ariel Herrera
Diario El Ancasti, 23 de abril de 2002
viernes, 5 de marzo de 2010
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